El diácono Chris es un hombre fiel con muchos talentos, pero si estás buscando una manera de poner a prueba su humildad, NO lo desafíes al ping-pong. Está bastante seguro de que podrá vencerte en un partido. Sin embargo, si le presentaras galletas de avena con chispas de chocolate, compartiría queridos recuerdos de su madre y de su infancia, recordando que estas galletas le recuerdan todo lo bueno del mundo. También le gusta bucear de noche, sintiendo la plenitud del silencio, la ingravidez y el misterio tranquilizador. Si pasa un día en el que escucha y cree "tú eres mi hijo amado en quien tengo complacencia" lo considera un éxito. Para mejorar la experiencia de ese pasaje, comienza cada mañana en la oscuridad y el silencio, dejando ir la tentación de planificar el día y, en cambio, recibirlo cuando sale el sol.